Trastornos de Conducta Alimentaria: Una introducción completa
Los trastornos de la conducta alimentaria o TCA, afectan a millones de personas en todo el mundo. Personas de todas las edades, sexos, razas o clases socioeconómicas, son vulnerables a estos problemas, pero se observan con mayor frecuencia en mujeres jóvenes.
Una persona con un trastorno alimentario experimenta patrones persistentes de conductas alimentarias, pensamientos y sentimientos anormales relacionados con la comida y vergüenza o culpabilidad en torno a sus hábitos alimentarios.
Es un trastorno mental grave que puede tener implicaciones físicas importantes y provocar otras enfermedades si no se trata.
Tipos de trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios más frecuentes son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón.
- Las personas con anorexia tienen hambre, un gran miedo a engordar y pueden sentir una sensación de logro cuando no comen.
- La bulimia se caracteriza por episodios de sobre ingesta extrema llamados “atracones”, seguidos de culpa y vómitos autoinducidos.
- El trastorno por atracón se caracteriza por periodos de sobre ingesta extrema, pero a diferencia de la bulimia, las personas con este trastorno no siguen sus atracones con vómitos.
Causas y factores de riesgo
A la aparición de trastornos alimentarios contribuyen diversos factores biológicos, psicológicos y ambientales.
Estos problemas suelen surgir de una mezcla de componentes genéticos, ambientales y sociales. La genética afecta al riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, ya que muchas personas tienen familiares con problemas similares. La dinámica familiar también puede influir. Una comunicación deficiente entre los miembros de la familia, la falta de conexión emocional o un entorno en el que se valora mucho el aspecto y la apariencia pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Las presiones sociales también son un factor que contribuye, como la presión constante por encajar y parecer “perfecto”.
Las personas que padecen problemas de salud mental subyacentes, como depresión, ansiedad y abuso de sustancias, también son vulnerables a desarrollar trastornos alimentarios.
Los acontecimientos vitales traumáticos, como la muerte de un ser querido, también pueden ser un factor importante en el desarrollo de trastornos alimentarios.
Síntomas y diagnóstico
En casa, las personas con trastornos alimentarios graves pueden ocultar a menudo la cantidad de comida que ingieren o la drástica pérdida de peso que han experimentado. Pueden vestirse en capas para ocultar su delgadez o incluso mentir sobre que ya han comido.
Además, quienes padecen un trastorno alimentario pueden obsesionarse con detalles aparentemente insignificantes, como contar calorías o seguir dietas muy específicas o restrictivas. Los cambios de humor y la irritabilidad, la fatiga o los mareos también son síntomas frecuentes de los trastornos alimentarios.
Si crees que tú o alguien a quien quieres puede estar sufriendo un trastorno alimentario, es importante que busques ayuda de un profesional. Un psicólogo o una psicóloga utilizará una combinación de exámenes físicos y evaluaciones de salud mental para diagnosticar un trastorno alimentario y la causa subyacente del problema.
Tratamiento de los trastornos alimentarios
Afortunadamente, hoy en día existen muchas opciones de tratamiento eficaces para quienes padecen trastornos alimentarios. El tratamiento suele centrarse en gran medida en la nutrición y puede incluir asesoramiento individual, terapia de grupo y terapia familiar. Los profesionales de la salud mental pretenden resolver los problemas subyacentes del trastorno, como los factores de estrés emocional y social.
Los grupos de apoyo también son una buena forma de que las personas que padecen trastornos alimentarios se pongan en contacto con otras personas que pueden identificarse con sus experiencias. Además, a veces se prescriben medicamentos para la depresión o la ansiedad en combinación con otros tratamientos como la psicoterapia.
Prevención y perspectivas
Contar con relaciones sólidas y de apoyo, hábitos alimentarios saludables y hablar abiertamente sobre los problemas de salud mental y de imagen corporal son formas de ayudar a prevenir los trastornos alimentarios.
También es esencial buscar ayuda cuando sea necesario, ya que los trastornos alimentarios pueden ser enfermedades mentales graves con consecuencias potencialmente mortales.
Aunque los trastornos alimentarios pueden ser difíciles de tratar y causar problemas físicos duraderos, con la ayuda y el apoyo adecuados, las personas suelen recuperarse totalmente.
Los trastornos alimentarios son complejos y, por desgracia, afectan a millones de personas en todo el mundo. Es importante recordar que ningún tipo de cuerpo, tamaño o forma puede determinar si alguien padece este problema.
Si tú o un ser querido presentan signos y síntomas de un trastorno alimentario, busca ayuda profesional lo antes posible para iniciar el camino hacia la recuperación y un estilo de vida más sano.