Qué es una crisis de pánico y cómo superarla con éxito
Las crisis o ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso, que pueden durar entre 5 y 20 minutos, y que generan una respuesta física y emocional desproporcionada ante una situación que, objetivamente, no representa un peligro inminente.
Estas crisis pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las padecen y, aunque pueden ser aterradoras, es importante saber que son tratables.
¿Qué es una crisis de pánico?
Las crisis de pánico son parte de los trastornos de ansiedad, y pueden ocurrir de manera aislada o recurrente.
Cuando se presentan con frecuencia y generan una preocupación constante por volver a experimentar una crisis, puede desarrollarse un trastorno de pánico, una condición que requiere intervención médica.
Causas de las crisis de pánico
Por lo general, se deben a una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales, entre los que se incluyen:
- Predisposición genética: Tener familiares con trastornos de ansiedad puede aumentar el riesgo de desarrollar crisis de pánico.
- Estrés prolongado: Situaciones de estrés crónico, como problemas laborales, familiares o financieros, pueden desencadenar ataques de pánico.
- Eventos traumáticos: Experiencias de vida intensamente estresantes, como la pérdida de un ser querido o un accidente, pueden ser factores detonantes.
- Cambios hormonales: En algunas personas, fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el embarazo o la menopausia, pueden agravar los episodios de pánico.
- Consumo de sustancias: El abuso de drogas, alcohol o el uso de ciertos medicamentos pueden inducir o aumentar la vulnerabilidad a las crisis de pánico.
Síntomas de una crisis de pánico
Los síntomas de una crisis de pánico son tanto físicos como psicológicos. Los más comunes incluyen:
- Sensación de peligro inminente o miedo a perder el control.
- Palpitaciones o aceleración del ritmo cardíaco.
- Sudoración excesiva.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aire.
- Dolor en el pecho.
- Mareos o sensación de desmayo.
- Escalofríos o sensación de calor.
- Entumecimiento o sensación de hormigueo en manos o pies.
- Despersonalización (sensación de estar desconectado de uno mismo) o desrealización (sensación de que el entorno no es real).
Aunque estos síntomas pueden parecer alarmantes, es importante recordar que no representan un peligro físico.
Las personas que experimentan una crisis de pánico a menudo creen que están sufriendo un infarto o que están perdiendo el control, pero las crisis, aunque incómodas, no son peligrosas.
Tratamientos para las crisis de pánico
Algunas de las intervenciones más comunes son:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es uno de los tratamientos más efectivos para las crisis de pánico. Esta terapia ayuda a las personas a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y a aprender habilidades para manejar la ansiedad.
Con el tiempo, los pacientes desarrollan herramientas que les permiten enfrentarse a situaciones que antes desencadenaban los ataques de pánico.
2. Medicación
Los antidepresivos y los ansiolíticos son opciones comunes para controlar los sintomas de las crisis de pánico.
Estos medicamentos deben ser prescritos y supervisados por un profesional de la salud, ya que pueden tener efectos secundarios y no son adecuados para todos los pacientes.
3. Técnicas de relajación y respiración
Las técnicas de respiración profunda y relajación muscular progresiva son útiles para controlar los síntomas físicos durante una crisis de pánico.
Practicar estas técnicas de manera regular puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los ataques.
4. Cambios en el estilo de vida
Adoptar hábitos de vida saludables puede ser clave para manejar las crisis de pánico.
El ejercicio regular, una dieta balanceada, evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, y dormir lo suficiente, contribuyen a mantener un nivel de ansiedad bajo.
Consejos para manejar una crisis de pánico
Si estás experimentando una crisis de pánico, estos consejos pueden ayudarte a sobrellevar el episodio:
- Recuerda que pasará: Aunque los síntomas son intensos, recuerda que la crisis es temporal y no durará mucho tiempo.
- Respira profundamente: Concéntrate en tu respiración. Inhala lentamente por la nariz, cuenta hasta cuatro, y exhala por la boca también contando hasta cuatro.
- Enfócate en tu entorno: Mira a tu alrededor y trata de identificar cinco cosas que puedas ver, tocar, oír o sentir. Esto puede ayudarte a salir de tu mente y conectarte con el presente.
- Habla con alguien: Si es posible, comunica a alguien de confianza lo que estás sintiendo. Hablar sobre la situación puede ayudarte a calmarte.
Si estás lidiando con estos episodios, es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud mental para encontrar el tratamiento más adecuado.
Recuerda que, aunque las crisis de pánico pueden parecer abrumadoras, hay formas de recuperar el control de tu vida.
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