El invierno es una estación difícil cuando se trata de mantener un estilo de vida saludable. El frío suele provocar una disminución de la actividad física y un aumento del deseo de comer alimentos reconfortantes. Sin embargo, con unas sencillas estrategias, puedes evitar el aumento de peso y mantenerte en la senda de tus objetivos de salud. En Mueve Salud, nuestro servicio de nutrición, ofrece orientación experta para ayudarte a tomar decisiones inteligentes durante los meses de invierno. Aquí tienes algunas recomendaciones a tener en cuenta:
1. Mantente activo
Una de las principales razones del aumento de peso en invierno es la tendencia a reducir la actividad física. Es esencial encontrar formas alternativas de mantenerse activo incluso cuando el tiempo no es el ideal. Considera la posibilidad de realizar actividades en interiores, como clases de yoga, pilates o danza. Además, caminar dentro de casa, utilizar vídeos caseros de ejercicios o invertir en aparatos para hacer ejercicio pueden ayudarte a mantener tu rutina de ejercicio.
2. Planifica y prepara las comidas
Durante el invierno, es habitual tener antojo de comidas calientes y reconfortantes que suelen tener muchas calorías. Para evitarlo, planifica y prepara tus comidas con antelación. Céntrate en incorporar ingredientes nutritivos como frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales. Experimenta con recetas de sopas sanas que puedan satisfacer tus antojos sin añadir calorías innecesarias. Recuerda controlar el tamaño de las raciones para garantizar una dieta equilibrada.
3. Elige alimentos de temporada
Comer frutas y verduras de temporada no solo es beneficioso para la salud, sino que también ayuda a controlar el peso. Los productos de temporada son más frescos y están repletos de nutrientes esenciales. Algunos ejemplos de frutas y verduras de invierno son las naranjas, las granadas. Incorpora estos ingredientes a tus comidas para mantenerte nutrido y evitar un consumo excesivo de calorías.
4. Mantente hidratado
Aunque durante el invierno resulte tentador darse el capricho de tomar bebidas calientes y azucaradas, es fundamental dar prioridad a la hidratación. Beber una cantidad adecuada de agua es esencial para mantener la salud general y evitar el picoteo innecesario. Si te apetecen bebidas calientes, opta por tisanas o infusiones sin azúcar añadido. Además, intenta incorporar alimentos hidratantes, como sopas, caldos y frutas con alto contenido en agua.
5. Practica la alimentación consciente
Durante el invierno, es fácil caer en hábitos alimentarios descerebrados mientras se está acurrucado en casa. Para evitarlo, practica la alimentación consciente. Presta atención a las señales de hambre y saciedad, y come más despacio. Saborea cada bocado y tómate tu tiempo para disfrutar plenamente de la comida. Estando presente y atento mientras comes, puedes evitar comer en exceso y hacer elecciones más sanas.
6. Controla el estrés
El invierno puede desencadenar estrés y alimentación emocional en muchas personas. Para evitar recurrir a la comida como consuelo, busca formas alternativas de controlar el estrés. Realiza actividades como leer, meditar, practicar yoga o tomar baños relajantes. Si es necesario, busca ayuda profesional o únete a grupos de apoyo para afrontar el estrés con eficacia. Controlando los niveles de estrés, puedes reducir significativamente el riesgo de aumento de peso.
7. Duerme lo suficiente
El sueño adecuado desempeña un papel crucial en el mantenimiento de un peso saludable. La falta de sueño puede alterar los niveles hormonales y aumentar el hambre, lo que lleva a comer en exceso. Para promover patrones de sueño saludables, establece una rutina constante a la hora de acostarte y crea un entorno confortable para dormir. Procura dormir entre 7 y 8 horas por noche para favorecer tu bienestar general y tus esfuerzos para controlar el peso.
Siguiendo estas recomendaciones, podrás atravesar la estación invernal sin comprometer tus objetivos de salud y peso. Con nuestra nutricionista en Mueve Salud, nos dedicamos a ayudarte a tomar decisiones informadas y lograr el éxito a largo plazo. Ponte en contacto con nosotros hoy mismo para recibir apoyo y orientación personalizados sobre cómo mantener un estilo de vida saludable durante el invierno y más allá.
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Todo el mundo necesita hidratarse para mantenerse sano, pero ¿cuánta agua debes beber al día?
Esto varía de una persona a otra, pero existen algunas pautas básicas para la ingesta de agua, y es importante comprender la importancia de la hidratación y el papel que el agua y otros líquidos desempeñan en tu vida cotidiana.
¿Qué es el agua?
En primer lugar, ¿qué es el agua? El agua es un componente de nuestra naturaleza que está presente en la Tierra desde hace más de 3.000 millones de años. Constituye las tres cuartas partes de la superficie del planeta y está formada por dos moléculas de oxígeno unidas entre sí para formar una molécula de agua, H₂O.
Esta es la base de todos los líquidos y es un elemento muy importante en nuestras vidas.
Por qué es importante la hidratación
El agua constituye una parte muy relevante para que el organismo funcione de forma óptima. Desempeña varias funciones fundamentales en nuestro organismo, como regular la temperatura corporal y eliminar los productos de desecho. También ayuda a transportar oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo, así como a la digestión y absorción de nutrientes, además de favorecer el funcionamiento saludable de la piel y otros órganos.
Cómo mantenerse hidratado
La cantidad de agua que necesitas al día puede variar en función de diversos factores, como el nivel de actividad, el estado de salud y el entorno.
En general, se recomienda que los adultos tomen unos ocho vasos de 200 – 250 ml. de líquido al día. Esto debe incluir todo tipo de líquidos, como agua, jugos, té e incluso bebidas semidulces.
También es importante tener en cuenta que las necesidades de agua también pueden variar de una persona a otra en función de su estado de salud. Por ejemplo, alguien que padezca una enfermedad crónica, como insuficiencia cardiaca o cálculos renales, puede necesitar una cantidad de agua diferente a la de alguien que no la padezca.
Los beneficios del agua para la salud
El agua ofrece una serie de beneficios para la salud, como ayudar a mantener un peso saludable, eliminar las toxinas del organismo y ayudar al cuerpo a absorber los nutrientes. También mantiene la piel con un aspecto más fresco y joven, y es una parte esencial de cualquier rutina de ejercicio físico.
Además, el agua ayuda a prevenir la deshidratación y te mantiene con energía durante todo el día. Por tanto, asegúrate de beber mucho líquido a lo largo del día.
La hidratación en el deporte
Así como en la vida, la hidratación forma parte esencial de cualquier actividad atlética, tanto si practicas un deporte como el fútbol como si corres un kilómetro diario.
Cuando estás hidratado, tu cuerpo tiene suficiente agua para funcionar eficazmente y tú tienes suficiente energía para hacer el trabajo físico.
Pero la cantidad exacta de agua que necesitas es diferente para cada persona, dependiendo de factores como la edad, el peso y el nivel de actividad física. Por ejemplo, una persona mayor puede necesitar más agua que un hombre o mujer en forma o un individuo con sobrepeso. Por tanto, es importante que vigiles la cantidad que bebes y que consultes a tu entrenador para que te oriente sobre cómo mantenerte hidratado mientras te preparas para tu próximo entrenamiento.
En resumidas cuentas
Es importante que todo el mundo comprenda la importancia de la hidratación, qué papel desempeñan el agua y otros líquidos en el organismo, y cuánta agua hay que beber cada día.
La cantidad de agua que necesitas varía de una persona a otra, pero la mayoría de los adultos deben aspirar a beber ocho vasos al día.
Mantenerse correctamente hidratado puede ofrecer una serie de beneficios para la salud, como ayudar a mantener un peso saludable, eliminar las toxinas del organismo y ayudar al cuerpo a absorber los nutrientes.
¿Tomas la suficiente cantidad de agua al día?
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Los trastornos de la conducta alimentaria o TCA, afectan a millones de personas en todo el mundo. Personas de todas las edades, sexos, razas o clases socioeconómicas, son vulnerables a estos problemas, pero se observan con mayor frecuencia en mujeres jóvenes.
Una persona con un trastorno alimentario experimenta patrones persistentes de conductas alimentarias, pensamientos y sentimientos anormales relacionados con la comida y vergüenza o culpabilidad en torno a sus hábitos alimentarios.
Es un trastorno mental grave que puede tener implicaciones físicas importantes y provocar otras enfermedades si no se trata.
Tipos de trastornos alimentarios
Los trastornos alimentarios más frecuentes son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón.
- Las personas con anorexia tienen hambre, un gran miedo a engordar y pueden sentir una sensación de logro cuando no comen.
- La bulimia se caracteriza por episodios de sobre ingesta extrema llamados “atracones”, seguidos de culpa y vómitos autoinducidos.
- El trastorno por atracón se caracteriza por periodos de sobre ingesta extrema, pero a diferencia de la bulimia, las personas con este trastorno no siguen sus atracones con vómitos.
Causas y factores de riesgo
A la aparición de trastornos alimentarios contribuyen diversos factores biológicos, psicológicos y ambientales.
Estos problemas suelen surgir de una mezcla de componentes genéticos, ambientales y sociales. La genética afecta al riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, ya que muchas personas tienen familiares con problemas similares. La dinámica familiar también puede influir. Una comunicación deficiente entre los miembros de la familia, la falta de conexión emocional o un entorno en el que se valora mucho el aspecto y la apariencia pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Las presiones sociales también son un factor que contribuye, como la presión constante por encajar y parecer “perfecto”.
Las personas que padecen problemas de salud mental subyacentes, como depresión, ansiedad y abuso de sustancias, también son vulnerables a desarrollar trastornos alimentarios.
Los acontecimientos vitales traumáticos, como la muerte de un ser querido, también pueden ser un factor importante en el desarrollo de trastornos alimentarios.
Síntomas y diagnóstico
En casa, las personas con trastornos alimentarios graves pueden ocultar a menudo la cantidad de comida que ingieren o la drástica pérdida de peso que han experimentado. Pueden vestirse en capas para ocultar su delgadez o incluso mentir sobre que ya han comido.
Además, quienes padecen un trastorno alimentario pueden obsesionarse con detalles aparentemente insignificantes, como contar calorías o seguir dietas muy específicas o restrictivas. Los cambios de humor y la irritabilidad, la fatiga o los mareos también son síntomas frecuentes de los trastornos alimentarios.
Si crees que tú o alguien a quien quieres puede estar sufriendo un trastorno alimentario, es importante que busques ayuda de un profesional. Un psicólogo o una psicóloga utilizará una combinación de exámenes físicos y evaluaciones de salud mental para diagnosticar un trastorno alimentario y la causa subyacente del problema.
Tratamiento de los trastornos alimentarios
Afortunadamente, hoy en día existen muchas opciones de tratamiento eficaces para quienes padecen trastornos alimentarios. El tratamiento suele centrarse en gran medida en la nutrición y puede incluir asesoramiento individual, terapia de grupo y terapia familiar. Los profesionales de la salud mental pretenden resolver los problemas subyacentes del trastorno, como los factores de estrés emocional y social.
Los grupos de apoyo también son una buena forma de que las personas que padecen trastornos alimentarios se pongan en contacto con otras personas que pueden identificarse con sus experiencias. Además, a veces se prescriben medicamentos para la depresión o la ansiedad en combinación con otros tratamientos como la psicoterapia.
Prevención y perspectivas
Contar con relaciones sólidas y de apoyo, hábitos alimentarios saludables y hablar abiertamente sobre los problemas de salud mental y de imagen corporal son formas de ayudar a prevenir los trastornos alimentarios.
También es esencial buscar ayuda cuando sea necesario, ya que los trastornos alimentarios pueden ser enfermedades mentales graves con consecuencias potencialmente mortales.
Aunque los trastornos alimentarios pueden ser difíciles de tratar y causar problemas físicos duraderos, con la ayuda y el apoyo adecuados, las personas suelen recuperarse totalmente.
Los trastornos alimentarios son complejos y, por desgracia, afectan a millones de personas en todo el mundo. Es importante recordar que ningún tipo de cuerpo, tamaño o forma puede determinar si alguien padece este problema.
Si tú o un ser querido presentan signos y síntomas de un trastorno alimentario, busca ayuda profesional lo antes posible para iniciar el camino hacia la recuperación y un estilo de vida más sano.
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La apoplejía es un accidente cerebrovascular que afecta al cerebro o a la médula espinal.
Está causada por un flujo de sangre libre en la zona afectada. Si te han diagnosticado un ictus, quizá te preguntes cómo recuperarte y cuál es la mejor manera de seguir adelante.
En este artículo te daremos algunas orientaciones sobre cómo recuperarte de un ictus, así como sugerencias sobre cómo ayudar a garantizar una rápida recuperación.
El ictus y sus síntomas
Un ictus es una enfermedad que se produce cuando hay una obstrucción en una de las arterias que suministran sangre al cerebro. Esto puede provocar graves daños en el cerebro, y cada año se producen unos 4 millones de casos de ictus en todo el mundo.
Los síntomas de un ictus son:
- Entumecimiento o debilidad repentinos en uno o varios brazos o piernas.
- Alteración de la visión
- Problemas para hablar o entender el habla
- Mareos
- Dificultad para pensar o hacer cálculos.
Si tú o alguien que conoces tiene alguno de estos síntomas, es importante que acuda a un médico lo antes posible. El tratamiento del ictus suele consistir en medicación y fisioterapia.
Sin embargo, en algunos casos puede ser necesaria la cirugía.
¿Cómo puedes protegerte del ictus y de otras enfermedades cardiovasculares?
Una de las cosas más importantes que puedes hacer para protegerte del ictus y otras enfermedades cardiovasculares es mantener un estilo de vida saludable.
Esto significa seguir una dieta equilibrada, hacer actividad física con regularidad, dormir lo suficiente y limitar tu exposición a sustancias químicas y contaminantes perjudiciales.
Fumar y hacer otro tipo de ejercicio excesivo también pueden ser factores de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Así que, si quieres minimizar el riesgo de infarto y otras enfermedades cardiovasculares, es importante adoptar un estilo de vida saludable.
Alimentos para prevenir
Hay muchos alimentos que son buenos para ti, y el ictus no es una excepción.
He aquí algunos de los mejores para comer si tienes el colesterol alto o corres el riesgo de sufrir un ictus o una enfermedad cardíaca:
- Pescado: los ácidos grasos omega-3 del pescado pueden disminuir la cantidad de colesterol en sangre que llega al cerebro, lo que puede ayudar a prevenir los ictus.
- Café negro: se ha demostrado que el café aumenta el flujo sanguíneo, lo que puede reducir el riesgo de ictus.
- Legumbres: estos alimentos de origen vegetal tienen un alto contenido en fibra y proteínas y pueden ayudar a frenar la producción de colesterol en el organismo.
- Fruta: la fruta está cargada de antioxidantes y vitaminas, y comer una variedad de tipos diferentes puede ser beneficioso para el organismo.
- Productos lácteos: los productos lácteos descremados o bajos en grasa son una forma estupenda de obtener calcio, que ayuda a fortalecer los huesos.
- Granos integrales: los granos integrales son ricos en fibra y aportan muchos otros nutrientes que pueden ayudar a reducir la presión arterial.
- Frutos secos y semillas: estos alimentos saludables tienen un alto contenido en proteínas y ácidos grasos omega-3
- Verduras: las verduras son una buena fuente de vitaminas y minerales, y también pueden ayudar a reducir la tensión arterial.
- Chocolate negro: el chocolate contiene flavanoles, que se ha demostrado que mejoran la función cardiovascular y aumentan la resistencia de los deportistas.
Mantenerse activo y mantener músculos sanos
El ictus es una de las principales causas de discapacidad en adultos en todo el mundo, por lo que es importante tratar de prevenirlo.
Una forma de hacerlo es mantenerse físicamente activo a lo largo del día. Según la Asociación Americana del Corazón, los adultos que son físicamente activos tienen un 50% menos de riesgo de sufrir un ictus, mientras que los inactivos tienen un riesgo casi un 300% mayor.
Además, la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares señala que la actividad física puede ralentizar la progresión de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
Por lo tanto, dedicar tiempo a la actividad física regular puede ayudar a mantener sanos tu cerebro y tus músculos, incluso mientras intentas prevenir otro ictus.
Medidas preventivas
Hay muchas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de sufrir un ictus o una enfermedad cardíaca.
Una de las más relevantes es mantener un peso saludable, llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio con regularidad. Las personas que fuman deberían dejar de hacerlo, y las que tienen sobrepeso deberían intentar perder peso.
Ayudar a amigos y familiares con ictus o accidente cerebrovascular
Muchos de nosotros hemos experimentado los altibajos que puede conllevar el cuidado de alguien que está luchando contra un problema de salud. Pero para quienes cuidan de un ser querido que ha sufrido un ictus u otra enfermedad cardiovascular, lo que está en juego puede ser mayor.
La pérdida repentina e inesperada de la función cognitiva o de las capacidades físicas puede ser profundamente traumática, y provocar depresión y sentimientos de desesperanza.
Mantener un sentimiento de optimismo y esperanza suele ser fundamental para ayudar a los afectados a afrontar los retos de la recuperación del ictus.
Hay varias formas de apoyar a los que están luchando. Explicar lo que está ocurriendo puede ayudar a reducir los sentimientos de confusión e incertidumbre. Ofrecer un oído atento y un entorno de apoyo también ayuda a normalizar la experiencia. Al mismo tiempo, es importante recordar que la recuperación es posible con apoyo y perseverancia. En última instancia, el tipo de atención que proporcionas está definido por las necesidades de cada persona y el apoyo que recibe de sus seres queridos.
Como hemos visto, un ictus es un acontecimiento médico grave que puede dejar a una persona en estado de discapacidad.
Si crees que puedes haber sido víctima de un ictus, acude a tu Servicio de Urgencias más cercano lo antes posible. Podrán evaluar tu estado y ayudarte a recibir el tratamiento que necesitas. ¡Gracias por leer!
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Día a día, adultos jóvenes tenemos que lidiar con todo tipo de problemas, ¿verdad? Como la diabetes, una enfermedad que puede complicarte la vida a ti y a tus familiares.
No es raro oír hablar de tantos tratamientos disponibles para la diabetes y cada uno tiene su propia especificidad. Se realizan varias pruebas y se indican posibles soluciones.
Qué es la diabetes y cómo afecta a tu salud
La diabetes es una enfermedad grave que se produce cuando el páncreas no puede producir suficiente insulina, una hormona que permite al cuerpo utilizar la glucosa para obtener energía.
Como resultado, la glucosa se acumula en la sangre, lo que provoca graves consecuencias. La mayoría de los diabéticos tienen que inyectarse insulina para ayudar a su organismo a utilizar la glucosa, pero algunas personas son resistentes a la insulina y no responden al tratamiento. En estos casos, los niveles de glucosa en sangre pueden fluctuar mucho, causando problemas que van desde los leves hasta los que ponen en peligro la vida.
La mejor forma de controlar la diabetes es una combinación de dieta, ejercicio y medicación.
Cómo prevenir y controlar la diabetes
Una persona con diabetes tiene niveles elevados de azúcar en sangre, lo que puede provocar una serie de problemas de salud graves. Si tomas medidas para prevenir la diabetes y controlar sus síntomas, no solo puedes ayudar a tu salud en general, sino que también puedes reducir las posibilidades de padecer diabetes tipo 2 en el futuro.
Una de las claves para prevenir la diabetes es consumir suficiente fibra en tu dieta. La fibra ayuda a mover los alimentos por el cuerpo, evita el estreñimiento y reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, entre otras cosas.
Además, asegurarte de que realizas suficiente actividad física puede ayudarte a prevenir la diabetes. Hacer ejercicio de forma regular puede impulsar tu metabolismo, ayudando a controlar el azúcar en sangre.
La tensión muscular puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre. Así que no te olvides de la actividad física cuando intentes prevenir la diabetes.
Estilo de vida en la diabetes
No existe un enfoque único para controlar la diabetes, pero hay algunos consejos generales sobre el estilo de vida que pueden ayudar a mejorar el control de la glucemia. Por ejemplo, la actividad física regular puede mejorar el control de la glucemia y ayudar a reducir el riesgo de complicaciones de la diabetes.
Además, seguir una dieta sana y equilibrada, rica en fibra, vitaminas y minerales, puede ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre. También es importante mantener los niveles de estrés bajo control.
En general, el control de la diabetes requiere una combinación de cambios en el estilo de vida y medicación. Cuando se combinan, estos consejos pueden ayudar a mejorar el control de la glucosa en sangre y reducir los riesgos asociados a la diabetes.
Consejos de prevención para personas con diabetes
Vivir con diabetes puede ser estresante, complicado e incluso debilitante.
Pero con los consejos adecuados, no solo puedes reducir el riesgo de complicaciones, sino también disfrutar de una vida más larga y saludable.
He aquí algunos consejos para prevenir las complicaciones de la diabetes:
- En primer lugar, asegúrate de hacerte revisiones periódicas con tu médico. Esto les ayudará a vigilar tu estado y a asegurarse de que recibes el tratamiento adecuado.
- Asegúrate de llevar una dieta saludable rica en fibra, vitaminas y minerales. Esto te ayudará a mantener tus niveles de glucosa en sangre bajo control y a prevenir complicaciones.
- Hacer ejercicio con regularidad. Esto no solo ayuda a mejorar tu salud en general, sino que también contribuye a mejorar el control de la glucemia.
- Habla con tu médico sobre cualquier otro medicamento que estés tomando. Algunos de ellos pueden aumentar el riesgo de complicaciones, así que asegúrate de comentarlo con tu médico.
Siguiendo estos consejos, no solo puedes prevenir las complicaciones de la diabetes, sino también disfrutar de una vida más larga y saludable.
Síntomas de la diabetes y cómo controlarlos
Si te han diagnosticado diabetes, es probable que ya empieces a sentir los síntomas de la enfermedad. Pero hay medidas que puedes tomar para controlar tu enfermedad y reducir el riesgo de complicaciones.
Una de las más importantes es mantener una dieta sana.
La diabetes puede provocar una pérdida de peso, por lo que es relevante asegurarse de que ingieres suficientes calorías, vitaminas y minerales. Además, es importante realizar actividad física. La actividad física puede ayudar a mejorar el control de la glucosa y a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas Otro paso importante es comprobar regularmente tus niveles de glucosa en sangre. Si tienes niveles elevados de azúcar en la sangre, puede que seas diabético y debas acudir a tu médico.
Una vez que hayas establecido un estilo de vida saludable, podrás reducir el riesgo de complicaciones y controlar tu diabetes.
La salud intestinal y la diabetes
Ya dijimos que la diabetes es un trastorno en el que el cuerpo no produce suficiente insulina, una hormona necesaria para convertir la glucosa en energía. Como consecuencia, la glucosa se acumula en la sangre, lo que provoca graves complicaciones de salud con el tiempo.
Los niveles elevados y crónicos de glucosa en la sangre pueden dañar los nervios, los órganos y los vasos sanguíneos. Aunque hay muchos factores que contribuyen al desarrollo de la diabetes, la mala salud intestinal es uno de los que a menudo se pasa por alto.
De hecho, varios estudios han demostrado que los pacientes con diabetes tienen un microbioma debilitado, o población bacteriana en el intestino. Las bacterias del microbioma ayudan a digerir los alimentos ingeridos, por lo que desempeñan un papel importante en la regulación de los niveles de glucosa.
Dado que el microbioma desempeña un papel tan valioso en la regulación de los niveles de glucosa, no es de extrañar que los pacientes con diabetes tengan dificultades para controlar sus niveles de glucosa en sangre.
La diabetes es una enfermedad grave que puede provocar muchos problemas, como enfermedades del corazón y ceguera. Si crees que puedes tener diabetes, ponte en contacto con tu médico de inmediato y recuerda hacerte chequeos de sangre preventivos para detectar todas las “enfermedades silenciosas”.
Entender qué es la diabetes y cómo afecta a tu salud puede ayudarte a tomar decisiones saludables para controlar esta enfermedad.
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