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Causas y prevención de las caídas en los adultos mayores

Causas y prevención de las caídas en los adultos mayores

Las caídas son una fuente importante de morbilidad y mortalidad entre los adultos mayores.

Solo en 2018 se produjeron 32.522 muertes atribuibles a caídas entre los mayores de 65 años en Estados Unidos, y 4.933 muertes en personas más jóvenes. El riesgo es mayor para los mayores de 80 años, ya que el 50% sufre una caída en un año.

La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año se producen 684.000 caídas mortales en el mundo, el 80% de ellas en países en vías de desarrollo. Aunque hay variaciones significativas en las causas de las caídas en los adultos mayores, los factores de riesgo suelen estar relacionados con la edad, como la edad avanzada, la discapacidad física, afecciones médicas como el ictus, la demencia, las enfermedades musculares degenerativas, la artritis y la discapacidad visual, así como los peligros ambientales.

Causas de las caídas

Hay muchas causas de caídas en los adultos mayores, pero la edad es el principal factor de riesgo.

Los cambios fisiológicos asociados al envejecimiento, como la disminución del equilibrio y la fuerza, pueden aumentar el riesgo de caídas.

Otras causas frecuentes de caídas en los adultos mayores son la marcha inestable y la pérdida de coordinación. Las personas mayores también pueden sufrir mareos, fatiga o confusión, que pueden hacerlas más propensas a las caídas. Además, ciertos medicamentos pueden causar mareos o letargo, lo que puede provocar una caída. También puede haber peligros ambientales, como mala iluminación, alfombras sueltas y superficies resbaladizas, que pueden contribuir a una caída.

Factores de riesgo

Además de la edad, hay otros factores de riesgo asociados a las caídas en los adultos mayores.

La mala visión, la pérdida de audición, la falta de equilibrio y movilidad, la debilidad muscular, la mala alimentación, la deshidratación y un estilo de vida sedentario pueden aumentar el riesgo de caídas. Además, enfermedades como el ictus, la demencia, la enfermedad de Parkinson, la artritis y la diabetes también pueden aumentar el riesgo de caídas en los adultos mayores.

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia de distintas maneras, lo que provoca caídas y lesiones. Una causa frecuente de caídas en los adultos mayores es la pérdida de equilibrio, ya que nuestro sentido de la orientación espacial disminuye con la edad.

Pero otras enfermedades y afecciones también pueden aumentar el riesgo de caídas en los adultos mayores.

El ictus, por ejemplo, puede dañar el cerebro y provocar problemas de movimiento y dificultad para caminar.

La demencia y la enfermedad de Parkinson son otras dos afecciones que suelen provocar caídas, ya que sus síntomas pueden dificultar la concentración y la coordinación de los movimientos.

La artritis y la diabetes también aumentan el riesgo de caídas, puesto que pueden aumentar la asunción de riesgos y reducir nuestra capacidad de percibir el peligro.

Así que si tienes más de 50 años y te preocupa el riesgo de caídas, habla con tu médico sobre la posibilidad de acudir a un fisioterapeuta adecuado a tu edad para que te ayude a mejorar el equilibrio y la coordinación mediante kinesioterapia.

Prevención de las caídas

La prevención de las caídas en los adultos mayores es una importante cuestión de salud pública. Existen varias estrategias que pueden reducir el riesgo de caídas. Estas estrategias incluyen programas de ejercicio diseñados específicamente para adultos mayores, fomentar una nutrición adecuada, reducir el riesgo de deshidratación, utilizar dispositivos de ayuda como bastones y andadores, someterse a revisiones periódicas con médicos y farmacéuticos para evaluar la medicación, mejorar la seguridad en el hogar eliminando los peligros ambientales y proporcionando una iluminación adecuada y superficies antideslizantes. Enseñar a los adultos mayores para que reconozcan y respondan a sus factores de riesgo puede ayudar a reducir su riesgo de caídas.

Las caídas entre los adultos mayores son un relevante problema de salud pública. Pueden tener consecuencias graves, como discapacidad, lesiones e incluso la muerte.

Es importante conocer los factores de riesgo y las causas de las caídas, así como aplicar estrategias preventivas para reducir el riesgo de caídas entre los adultos mayores.

La adopción de estrategias preventivas que incluyan ejercicio, nutrición y seguridad en el hogar puede ayudar a reducir el riesgo de caídas en los adultos mayores, lo que conduce a una vida más sana y segura. Incluir una terapia preventiva de ejercicios terapéuticos guiados por kinesiólogos busca una mejoría en el desempeño funcional, patologías cardiovasculares, patologías metabólicas, enfermedades degenerativas y neurodegenerativas.

Todo esto con el gran fin de ser una persona autovalente, sana y feliz. En otras palabras, otorgando una mejor calidad de vida.

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¿Qué son los quistes y por qué aparecen?

¿Qué son los quistes y por qué aparecen?

Los quistes son pequeños sacos de tejidos llenos de líquido o de una sustancia semisólida. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y afectar a cualquier edad o sexo. A veces pueden resultar molestos, pero la mayoría son benignos, lo que significa que no son de naturaleza infecciosa ni cancerosa.

A pesar de ello, su presencia puede tener un impacto negativo en tu calidad de vida. En este artículo te explicaremos qué son los quistes y por qué aparecen.

¿Qué son los quistes?

Un quiste es un saco lleno de líquido, aire u otras sustancias como moco o pus. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, incluida la piel, los genitales y el abdomen. Los quistes suelen ser benignos, lo que significa que no son cancerosos y normalmente pueden extirparse sin complicaciones.

Algunos quistes se crean cuando las secreciones, como la grasa o el sudor, se obstruyen al cerrarse los poros o las glándulas de la piel. Otros tipos de quistes son hereditarios y aparecen debido a mutaciones genéticas que conducen a la formación de tejido anormal.

Tipos de quistes

Existen varios tipos diferentes de quistes. He aquí algunos de los tipos más frecuentes:

  • Quistes epidermoides: Son pequeños quistes benignos que se forman en la piel. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en el cuero cabelludo y la cara.
  • Quistes sebáceos: son quistes que se forman en las glándulas sebáceas. Suelen aparecer en el cuero cabelludo, la cara y el pecho.
  • Quistes pilosos: Son quistes que se forman en los folículos pilosos. Suelen ser benignos y solo aparecen en el cuero cabelludo.
  • Quistes ováricos: Son quistes que se forman en los ovarios. Suelen estar causados por desequilibrios hormonales y pueden provocar dolor abdominal, náuseas y menstruaciones irregulares.
  • Quistes mamarios: son quistes que se forman en el tejido mamario. Pueden causar dolor y molestias y suelen requerir su extirpación.
  • Quistes de milium: Son pequeños quistes benignos que se forman en la cara. Suelen ser inofensivos y no requieren tratamiento.
  • Quistes pancreáticos: Son quistes que se forman en el páncreas. Pueden ser benignos, pero en algunos casos pueden requerir tratamiento.
  • Fibromas uterinos: son crecimientos de tejido muscular que pueden formarse en las paredes del útero. Suelen ser benignos y no requieren tratamiento.

¿Por qué se forman los quistes?

La causa exacta de los quistes suele ser desconocida, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollarlos. Por ejemplo, las hormonas pueden desempeñar un papel en el desarrollo de ciertos tipos de quistes, como los quistes ováricos.

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar quistes son las mutaciones genéticas, el debilitamiento del sistema inmunitario y determinados medicamentos o tratamientos.

Síntomas de los quistes

Los síntomas de los quistes dependen de su tipo y localización. Los síntomas más frecuentes son dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor en la zona afectada. Los quistes que crecen mucho pueden hacer que el ovario se mueva, lo que puede provocar una dolorosa torsión ovárica (conocida como torsión ovárica). Los síntomas de la torsión ovárica son dolor pélvico intenso y repentino, náuseas y vómitos.

Tratamiento de los quistes

La mayoría de los quistes no requieren tratamiento y desaparecen por sí solos.

Sin embargo, algunos pueden requerir cirugía o medicación para reducir el tamaño y las molestias. Si el quiste está causado por una enfermedad subyacente o interfiere en tu calidad de vida, el médico puede sugerir su extirpación.

Los quistes son pequeños sacos de tejido que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y suelen ser de naturaleza benigna. Pueden causar molestias y, en algunos casos, hay que extirparlos.

A menudo se desconoce la causa exacta de los quistes, pero las hormonas, los sistemas inmunitarios debilitados, las mutaciones genéticas y determinados medicamentos pueden aumentar el riesgo de desarrollar quistes.

Si experimentas dolor o molestias debido a un quiste, es importante que hables con tu médico sobre las opciones de tratamiento.

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¿Qué son los lunares peligrosos y cómo identificarlos?

¿Qué son los lunares peligrosos y cómo identificarlos?

Todos nacemos con lunares y la mayoría desarrollaremos más con el tiempo, pero no todos los lunares son iguales, y es importante conocer la diferencia entre los lunares benignos y los que podrían suponer un riesgo o amenaza para nuestra salud.

Los lunares peligrosos, también conocidos como nevos displásicos, suelen tener más de 1 cm de diámetro y bordes irregulares y difusos. Esto puede hacer que sean difíciles de distinguir de los lunares benignos, por lo que es importante saber a qué hay que prestar atención. En este artículo exploraremos los distintos tipos de lunares peligrosos, cómo identificarlos y cuándo buscar atención médica.

Tipos de lunares peligrosos

Hay dos categorías principales de lunares peligrosos: los nevos displásicos, que suelen ser más grandes que otros lunares y tienen bordes irregulares o difusos; y los melanomas, que son más peligrosos y pueden provocar cáncer de piel.

Los lunares displásicos tienen un aspecto ligeramente distinto de los lunares normales, pero a menudo pueden confundirse con otros lunares benignos, por lo que es fundamental vigilarlos. Los melanomas, o melanomas malignos, son cancerosos y hay que vigilarlos atentamente.

Señales de posibles lunares peligrosos

Las señales de advertencia de lunares peligrosos no siempre son evidentes y pueden ser difíciles de detectar.

La mejor forma de determinar si un lunar ha cambiado o es peligroso es vigilar de cerca tu piel y observar cualquier cambio de tamaño, color, forma o textura.

Es importante ser consciente del tamaño de tus lunares, ya que los lunares más grandes suelen ser más peligrosos. Además, es crucial fijarse en cualquier lunar con bordes irregulares o manchas que parezcan de distinto color. Si algún lunar te pica o sangra, debes ir al médico lo antes posible.

Cuándo acudir al médico

Si observas algún cambio en el aspecto de tu piel, es fundamental que consultes a tu médico. Es especialmente crucial que acudas al médico si algún lunar te pica, sangra o cambia de tamaño, color, forma o textura. Además, si tienes lunares desde el nacimiento o se han hecho más numerosos o grandes durante la pubertad o el embarazo, debes consultar a un médico.

Diagnóstico y tratamiento de los lunares peligrosos

Si has notado algún cambio en tus lunares, el médico puede recomendarte más pruebas y exámenes para determinar si son benignos o peligrosos. Hay que recordar que los lunares peligrosos no suelen ser hereditarios, pero que si hay antecedentes de cáncer de piel en tu familia, es importante que acudas a un profesional médico lo antes posible.

En algunos casos, los lunares sospechosos pueden extirparse quirúrgicamente para realizar más pruebas. En el caso del melanoma, hay varios tratamientos disponibles que pueden ser eficaces para tratar el cáncer.

Presta atención a tu piel

Es valioso que prestes atención a cualquier cambio que se produzca en la superficie de tu piel, ya que podrían ser signos de lunares peligrosos.

Vigilar cualquier lunar que esté presente desde el nacimiento o que haya cambiado de tamaño, color, forma o textura es importante para estar al tanto de cualquier riesgo potencial para la salud. y si tienes lunares que te preocupan, consulta a un profesional médico lo antes posible.

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¿Qué es la demencia? Explorando síntomas y tratamientos

¿Qué es la demencia? Explorando síntomas y tratamientos

La demencia es un término general que se utiliza para describir un grupo de síntomas que afectan a la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales, y que pueden ser lo bastante graves como para interferir en la vida diaria.

La demencia no es una enfermedad específica, sino un conjunto de síntomas que pueden estar causados por diversas enfermedades y afecciones.

Síntomas

Los signos y síntomas de la demencia pueden variar según el trastorno específico que la cause, pero suelen incluir cambios graduales en la memoria, el juicio, el comportamiento y las actividades de la vida diaria de una persona.

Entre los síntomas comunes de la demencia están la dificultad para resolver problemas, la confusión, la dificultad para comunicarse y los cambios de humor o comportamiento.

Las personas con demencia pueden experimentar comportamientos atemorizantes y extraños, como agresiones físicas y deambulación.

Tratamientos y remedios

Existen varios tratamientos y remedios para ayudar a las personas que viven con demencia, como medicamentos, psicoterapia, kinesioterapia y fonoaudiología.

Además, también hay cambios en el estilo de vida y remedios caseros que pueden ayudar a reducir los síntomas de la demencia y facilitar el proceso de cuidado.

Para tratar la demencia con el máximo éxito, se requiere abordar esta condición con un tratamiento de larga duración que incluya el apoyo de equipos profesionales especializados en psicología, kinesiología y fonoaudiología. Estos terapeutas trabajan en conjunto para proporcionar al paciente un programa personalizado de rehabilitación cognitiva y mejora funcional.

El acceso a estos servicios esenciales y los datos recopilados ayudan a los médicos a monitorear y optimizar el plan de tratamiento a medida que el paciente mejora.

Medicamentos

Los medicamentos son la principal forma de tratamiento de la demencia y pueden ayudar a reducir los síntomas. Algunos medicamentos ayudan a disminuir los problemas de pensamiento y memoria y pueden ralentizar la progresión de la demencia.

Psicoterapia

La psicoterapia, incluida la terapia cognitivo-conductual, puede ayudar a mejorar el comportamiento, los sentimientos y la calidad de vida de una persona. La psicoterapia también puede utilizarse para ayudar a los cuidadores de personas con demencia. Puede proporcionar a los cuidadores habilidades para manejar situaciones estresantes y superar los pensamientos negativos y la depresión.

Kinesioterapia

La kinesioterapia es el uso de ejercicios y actividades físicas para ayudar a mejorar el funcionamiento físico, psicológico y cognitivo de una persona. Puede ser útil para mejorar la fuerza, la movilidad, la coordinación y el equilibrio, y también puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la calidad de vida de una persona.

Fonoaudiología

La fonoaudiología se centra en la evaluación y el tratamiento de los trastornos de la comunicación y la deglución. Puede ayudar a mejorar la capacidad de comunicación de quienes viven con demencia y a reducir síntomas como la confusión, la desorientación y la dificultad para encontrar las palabras adecuadas.

¿Quién corre el riesgo de padecer demencia?

El riesgo de desarrollar demencia aumenta con la edad y hay algunos factores ambientales y de estilo de vida que pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia. Entre ellos están el sedentarismo, la falta de actividad física, el tabaquismo y una dieta rica en alimentos procesados.

También hay ciertas afecciones médicas que pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia, como la diabetes y la hipertensión arterial.

El conocido actor Bruce Willis fue diagnosticado con la enfermedad neurodegenerativa de demencia frontotemporal (FTD). La FTD, una forma de demencia primaria, causa una variedad de trastornos cognitivos y afecta el comportamiento y la habilidad de comunicación.

Desafortunadamente, los síntomas que Bruce Willis está experimentando pasan desapercibidos en una etapa temprana, significando que el diagnóstico tardío es demasiado común.

La demencia es una enfermedad grave que puede cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.

Aunque actualmente no existe cura para la demencia, hay varios tratamientos y remedios disponibles que pueden ayudar a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes viven con demencia.

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Calor e Hipertensión: Una mirada al impacto del calor en la presión arterial

Calor e Hipertensión: Una mirada al impacto del calor en la presión arterial

Es sabido que el calor puede tener un impacto en nuestra salud, pero muchos no conocen los detalles exactos sobre cómo afecta a las personas con una enfermedad como la presión arterial alta, también conocida como hipertensión.

A medida que suben las temperaturas, los efectos del calor en una persona con hipertensión pueden ser bastante graves. En este artículo analizaremos cómo afecta el calor a las personas con hipertensión, además de dar consejos sobre cómo controlar la presión arterial en ambientes más cálidos.

Qué es la hipertensión

La hipertensión es un trastorno en el que la presión arterial se mantiene por encima de los valores normales. En la mayoría de los casos, la hipertensión se clasifica como 130/80 o superior.

La hipertensión es una enfermedad grave y puede ser muy peligrosa si no se controla.

Es importante señalar que, en muchos casos, los síntomas de la hipertensión suelen ser silenciosos. Esto significa que muchas personas pueden padecerla y ni siquiera ser conscientes de ello. Por tanto, es importante que las personas se tomen la presión con regularidad, sobre todo con los cambios meteorológicos.

La relación entre el calor y la hipertensión

El calor y la humedad pueden influir en la presión arterial de una persona. El calor suele hacer que los vasos sanguíneos de una persona se ensanchen, lo que provoca una disminución de la presión arterial. Por lo tanto, cuando las temperaturas son elevadas, el nivel de presión arterial de los individuos con hipertensión puede ser inferior al normal. Sin embargo, es relevante tener en cuenta que este descenso de la presión arterial es solo temporal. Por tanto, es importante que las personas con hipertensión preexistente sean conscientes de su enfermedad y del efecto que puede tener el calor.

Las razones exactas por las que el calor tiene un efecto sobre la hipertensión aún no están claras. Lo que sí se sabe es que el aumento de las temperaturas puede provocar mayores niveles de estrés, ansiedad y frecuencia cardiaca, todo lo cual puede contribuir a la hipertensión.

Además, las altas temperaturas pueden provocar deshidratación, lo que puede repercutir en la presión arterial. También se cree que la contaminación atmosférica asociada a los calurosos meses de verano puede contribuir al nivel general de presión arterial de una persona.

Hipertensión y las altas temperaturas del verano

Las personas con hipertensión corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor, debido a la combinación de hipertensión y acumulación de sangre en el cuerpo por el calor. Esto puede provocar mareos, síncopes e incluso derrames cerebrales. Además, las altas temperaturas del verano pueden exacerbar enfermedades preexistentes, como las cardiopatías y la diabetes, sobre todo si no se toman suficientes líquidos o no se toman los medicamentos adecuados. Por ello, las personas con hipertensión deben tomar medidas para garantizar su seguridad cuando hace calor, como permanecer en espacios con aire acondicionado, no dar largos paseos al aire libre sin descansar y controlar adecuadamente su tensión arterial.

Consejos para mantener la presión arterial bajo control

Para las personas hipertensas, es importante tomar medidas para asegurarse de que su presión arterial se mantiene bajo control en los calurosos meses de verano. He aquí algunos consejos para mantener la hipertensión bajo control cuando hace calor:

1. Bebe mucha agua. Mantenerse hidratado es importante cuando hace calor, ya que la deshidratación puede afectar a la presión arterial. Se recomienda beber mucha agua cada día, además de evitar las bebidas alcohólicas y con cafeína, que pueden actuar como diuréticos.

2. Evita los Cambios Extremos de Temperatura: Los grandes cambios de temperatura pueden repercutir en la presión arterial de un individuo. Por lo tanto, es valioso evitar exponerse a cambios extremos de temperatura, ya sea en forma de aire caliente y húmedo o de ambientes con aire acondicionado.

3. Haz ejercicio regularmente: El ejercicio regular es crucial durante todo el año, pero lo es especialmente durante los meses de verano. El ejercicio ayuda a mantener controlados los niveles de presión arterial y también puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

4. Descansa lo suficiente: Descansar y dormir lo suficiente también es fundamental para los hipertensos. Durante los calurosos meses de verano, puede resultar especialmente difícil dormir lo suficiente debido al calor. Por tanto, es importante que los hipertensos tomen medidas para asegurarse de que descansan lo suficiente.

5. Controla la presión arterial con regularidad. Los hipertensos deben controlar regularmente su presión arterial. Esto puede ayudar a detectar cualquier cambio que se esté produciendo y permitir una intervención precoz, si es necesario.

La hipertensión es una enfermedad grave y es importante que las personas que la padecen tomen medidas para asegurarse de que su presión arterial se mantiene bajo control, incluso cuando hace calor. El aumento de las temperaturas puede influir en los niveles de presión arterial y las personas con hipertensión deben ser conscientes de ello.

Además, hay medidas que pueden tomarse para controlar la presión arterial durante los meses más calurosos, como beber mucha agua, evitar los cambios bruscos de temperatura y controlar la presión arterial periódicamente.

Una buena forma de poder saber si tenemos hipertensión para poder controlarla, es el Holter de Presión, un dispositivo portátil que lleva registro del ritmo cardíaco o la actividad eléctrica del corazón durante varias horas. Este examen se realiza de forma ambulatoria, con la intención de no interrumpir la rutina diaria del paciente y obteniendo así resultados óptimos.

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