La primavera trae consigo cielos despejados, temperaturas agradables y un espectáculo floral.
Sin embargo, para cerca de 500 millones de personas en el mundo que sufren alergias estacionales, este sueño primaveral puede convertirse rápidamente en una pesadilla: estornudos constantes, ojos llorosos y una sensación de agotamiento que parece no tener fin.
En este artículo, te ayudaremos a entender qué causa estas alergias, cómo diferenciarlas de un resfriado y, sobre todo, cómo controlarlas para que puedas aprovechar la belleza de esta estación al máximo.
¿Qué causa las alergias primaverales?
Las alergias de primavera son desencadenadas principalmente por la exposición al polen, partículas microscópicas que liberan las plantas para reproducirse.
Durante esta estación, el polen de árboles, pastos y malezas aumenta significativamente en el aire, especialmente en días cálidos y ventosos.
El sistema inmunológico de las personas alérgicas interpreta el polen como una amenaza y responde liberando histamina, una sustancia que provoca los molestos síntomas de la alergia.
Síntomas más comunes
Los síntomas de las alergias primaverales varían en intensidad, pero los más frecuentes incluyen:
- Congestión nasal y estornudos frecuentes.
- Picazón en la nariz, ojos, garganta y piel.
- Lagrimeo y enrojecimiento ocular.
- Sensación de fatiga o agotamiento.
- En casos más severos, dificultad para respirar, especialmente en personas con asma.
Diferencias entre alergia y resfriado común
Aunque los síntomas pueden parecer similares, hay diferencias clave entre una alergia y un resfriado.
Las alergias no suelen causar fiebre, y sus síntomas tienden a persistir mientras la persona esté expuesta al alérgeno. En cambio, los resfriados suelen desaparecer en una o dos semanas.
Consejos para prevenir y controlar las alergias
- Evita la exposición al polen: Mantén las ventanas cerradas durante la mañana y utiliza aire acondicionado con filtros HEPA. En días de alto conteo de polen, intenta quedarte en interiores.
- Lava tu ropa y pelo con frecuencia: El polen puede adherirse a tu ropa y pelo durante el día. Cambiarte y ducharte al llegar a casa ayuda a reducir la exposición.
- Utiliza antihistamínicos: Los medicamentos de venta libre pueden aliviar los síntomas. Consulta a tu médico para determinar cuál es el más adecuado para ti.
- Humidifica el ambiente: Un humidificador puede ayudar a reducir la sequedad nasal y aliviar los síntomas.
- Terapias naturales: Opciones como la acupuntura, las Flores de Bach y el Reiki son alternativas complementarias que pueden ayudar a equilibrar el sistema inmunológico y aliviar el estrés asociado a los episodios alérgicos.
Tratamiento profesional
Si los síntomas persisten o empeoran, es fundamental buscar ayuda médica.
En Mueve Salud, contamos con profesionales que pueden realizar un diagnóstico preciso y personalizar un plan de tratamiento para tus necesidades.
Además, en nuestro centro ofrecemos exámenes clínicos para identificar los alérgenos específicos que te afectan, facilitando un tratamiento más eficaz.
Mueve Salud está aquí para ayudarte con un enfoque integral y personalizado. ¡Cuidemos juntos tu bienestar esta primavera! https://www.muevesalud.cl/reserva-de-horas
Más
Los sismos son eventos inesperados que pueden generar miedo, incertidumbre y, en algunos casos, desencadenar crisis de pánico.
Si bien estos episodios son una respuesta natural del cuerpo frente al peligro, es importante aprender a manejarlos para proteger nuestra seguridad y la de los demás.
En este artículo, exploraremos qué hacer si experimentas una crisis de pánico durante un temblor y cómo mantener el control en situaciones de alta tensión.
¿Qué es una crisis de pánico y por qué ocurre durante un sismo?
Una crisis de pánico es una reacción intensa de ansiedad que puede incluir síntomas como taquicardia, dificultad para respirar, sensación de irrealidad, sudoración excesiva y un miedo abrumador a que algo terrible ocurra.
Durante un sismo, la sensación de falta de control y el temor a posibles daños intensifican estas respuestas.
Primeros pasos para manejar el pánico en medio de un sismo
- Respira profundamente
Aunque puede parecer difícil, controlar la respiración es clave. Intenta inhalar lentamente durante 4 segundos, sostén el aire 4 segundos y exhala en otros 4. Esto ayudará a disminuir la activación del sistema nervioso.
- Ancla tu mente al presente
Durante una crisis de pánico, es común que los pensamientos catastróficos se apoderen de nosotros. Para contrarrestarlos, enfócate en lo que sucede a tu alrededor: el movimiento del suelo, los sonidos, o incluso un objeto cercano. Repite mentalmente frases como “Esto es temporal” o “Estoy seguro en este momento”.
- Busca una posición segura
Refúgiate en el lugar más seguro disponible, como debajo de una mesa resistente o junto a una pared estructural (lejos de ventanas y objetos que puedan caer). Saber que estás en un espacio protegido puede ayudarte a recuperar la calma.
- Evita moverte innecesariamente
El pánico puede llevarte a correr o tomar decisiones impulsivas, pero mantenerse quieto en un lugar seguro reduce los riesgos de lesiones.
Después del sismo: manejando las secuelas emocionales
- Habla con alguien de confianza
Compartir tus emociones con familiares o amigos puede aliviar la tensión y ayudarte a procesar lo ocurrido.
- Reconoce tus emociones
Es normal sentir miedo o ansiedad después de un evento sísmico. Practica ejercicios de relajación o meditación para regresar a un estado de tranquilidad.
- Busca ayuda profesional si es necesario
Si las crisis de pánico persisten o afectan tu calidad de vida, considera consultar a un psicólogo.
Preparación: la mejor herramienta contra el miedo
Una de las formas más eficaces de manejar el pánico es estar preparado para los sismos.
Participa en simulacros, identifica las zonas seguras en tu hogar y mantén un kit de emergencia accesible. Tener un plan claro reducirá el miedo al desconocido y te ayudará a mantener la calma.
Manejar una crisis de pánico durante un sismo puede parecer un desafío monumental, pero con técnicas adecuadas y preparación, es posible superar el miedo y tomar decisiones acertadas.
Si necesitas ayuda para manejar el estrés y la ansiedad en momentos desafiantes, nuestro equipo de psicología está preparado para entregarte las herramientas efectivas que necesitas.
Reserva tu hora en nuestro sitio web
Más
Las inyecciones y los medicamentos inyectables son una forma común y efectiva de administrar tratamientos médicos.
Su uso es esencial en una amplia variedad de contextos, desde situaciones de emergencia hasta tratamientos a largo plazo para enfermedades crónicas.
Este artículo explora qué son, sus ventajas, los tipos más comunes y las precauciones asociadas.
¿Qué son las inyecciones y los medicamentos inyectables?
Las inyecciones consisten en la administración de medicamentos directamente al cuerpo mediante agujas.
Los medicamentos inyectables son formulaciones diseñadas específicamente para este tipo de administración. Estas pueden incluir líquidos, soluciones o suspensiones.
Este método inyectable permite que el medicamento actúe de manera más rápida y efectiva al evitar el proceso de absorción gastrointestinal.
Ventajas de los medicamentos inyectables
- Rápida absorción: Al ingresar directamente al torrente sanguíneo, los efectos del medicamento pueden ser casi inmediatos, lo que es crucial en emergencias.
- Mayor biodisponibilidad: Los medicamentos inyectables evitan el metabolismo del hígado que afecta a los medicamentos orales, permitiendo que una mayor cantidad de la dosis llegue a su objetivo.
- Precisión en la dosificación: Se puede administrar una dosis exacta y controlada del medicamento.
- Opciones para pacientes que no pueden tragar: Son una alternativa clave para quienes tienen dificultades para ingerir medicamentos por vía oral.
Tipos de inyecciones
- Intramusculares (IM): Se administran en los músculos, como el deltoides (brazo) o el glúteo. Ejemplos comunes incluyen vacunas y medicamentos como analgésicos o antibióticos.
- Subcutáneas (SC): Se inyectan en la capa de grasa debajo de la piel, ideales para medicamentos de liberación lenta, como la insulina.
- Intravenosas (IV): Introducen el medicamento directamente en el torrente sanguíneo. Son utilizadas en hospitales para tratamientos rápidos, como fluidos, analgésicos o antibióticos.
- Intradérmicas (ID): Se administran en la capa superior de la piel, utilizadas para pruebas como la de la tuberculina.
Precauciones y consideraciones
Aunque las inyecciones son una herramienta poderosa, requieren precaución para garantizar su eficacia y seguridad:
- Administración profesional: Las inyecciones deben ser aplicadas por personal capacitado para evitar errores en la técnica, que podrían causar lesiones o infecciones.
- Esterilidad: Es fundamental usar agujas y jeringas esterilizadas para prevenir infecciones.
- Alergias: Siempre se debe verificar si el paciente tiene alergia a algún componente del medicamento.
- Reacciones adversas: Algunas inyecciones pueden causar dolor, hinchazón o efectos secundarios sistémicos que requieren monitoreo.
- Almacenamiento adecuado: Muchos medicamentos inyectables necesitan mantenerse a temperaturas específicas para conservar su eficacia.
Medicamentos inyectables más comunes
- Vacunas: Previenen enfermedades infecciosas como la gripe, el sarampión o la hepatitis.
- Insulina: Utilizada en el manejo de la diabetes.
- Antibióticos: Como la penicilina, administrados cuando es necesario un efecto rápido.
- Analgésicos y antiinflamatorios: Usados en el manejo del dolor agudo.
- Medicamentos biológicos: Como los anticuerpos monoclonales, para tratar enfermedades autoinmunes y ciertos tipos de cáncer.
Las inyecciones y los medicamentos inyectables son herramientas esenciales en la medicina moderna. Ofrecen una forma eficiente y efectiva de tratar diversas condiciones de salud, desde el alivio del dolor hasta la prevención de enfermedades graves. Sin embargo, es importante utilizarlas bajo supervisión médica para garantizar la seguridad y obtener los mejores resultados.
En Mueve Salud, estamos capacitados para ofrecer estos servicios con altos estándares de calidad y seguridad.
¡Reserva tu hora aquí para recibir tu tratamiento con medicamentos inyectables! Consultas al teléfono +56226416833 o +56226413735 o a nuestro Whatsapp
Más
La diabetes infantil es una condición que, aunque puede parecer alarmante, es completamente manejable con el enfoque adecuado.
A continuación veremos todo lo que necesitas saber para marca la diferencia en la calidad de vida de tus hijos: cómo prevenir y detectar a tiempo la diabetes, y cómo manejarla correctamente.
¿Qué es la Diabetes Infantil?
La diabetes infantil es una enfermedad crónica que afecta la manera en que el cuerpo procesa el azúcar (glucosa). Existen dos tipos principales:
- Diabetes Tipo 1: Es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico destruye las células del páncreas que producen insulina. Generalmente se presenta en niños y adolescentes.
- Diabetes Tipo 2: Más común en adultos, pero en aumento entre los niños debido a factores como obesidad, inactividad física y mala alimentación.
¿Es posible evitarla?
En la Diabetes Tipo 1, la prevención es limitada porque su origen es genético y autoinmune. Sin embargo, mantener un estilo de vida saludable puede contribuir al bienestar general del niño y prevenir complicaciones.
En la Diabetes Tipo 2, la prevención es mucho más factible. Estas son algunas estrategias clave:
- Fomentar una alimentación equilibrada, rica en frutas, vegetales, proteínas magras y granos integrales.
- Promover la actividad física diaria, como jugar al aire libre, practicar deportes o caminar en familia.
- Limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas.
¿Cómo detectar la Diabetes Infantil?
El diagnóstico temprano es crucial para evitar complicaciones graves. Algunos signos comunes incluyen:
- Aumento en la sed y la necesidad de orinar frecuentemente.
- Pérdida de peso inexplicada.
- Fatiga constante y debilidad.
- Irritabilidad o cambios de humor.
- Infecciones frecuentes, como candidiasis en niñas.
- Llagas que tardan en cicatrizar.
Si notas alguno de estos síntomas en tu hijo, es importante acudir a un médico para realizar pruebas como la medición de glucosa en sangre o la prueba de hemoglobina glicosilada (HbA1c).
Manejo de la Diabetes Infantil
Un diagnóstico de diabetes no es el fin del mundo. Con el apoyo adecuado, los niños pueden llevar una vida plena y activa. Estos son los pilares del manejo:
- Educación: Tanto el niño como su familia deben aprender sobre la diabetes, la importancia del control de glucosa y cómo usar herramientas como glucómetros e insulina.
- Control de la alimentación: Diseñar un plan alimenticio con la ayuda de un nutricionista es esencial. Esto ayudará a mantener los niveles de glucosa dentro de un rango saludable.
- Actividad física: Mantenerse activo ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre y a mantener un peso saludable.
- Seguimiento médico: Es fundamental tener revisiones regulares con un equipo médico multidisciplinario que incluya pediatras, endocrinólogos y, si es necesario, psicólogos.
¿Por qué es importante hablar de Diabetes Infantil?
La diabetes infantil, especialmente el tipo 2, está en aumento debido al estilo de vida moderno.
Abordar este tema permite sensibilizar a las familias sobre la importancia de los buenos hábitos de salud desde la infancia. Más aún, un diagnóstico temprano y un manejo adecuado pueden prevenir complicaciones a largo plazo como problemas renales, cardíacos y oculares.
¡Empieza a construir hábitos saludables desde hoy reservando hora en nuestro servicio de nutrición! https://www.muevesalud.cl/agenda-hora-nutricionista/
Recuerda, la diabetes no define a tu hijo. ¡Tú puedes darle las herramientas para vivir plenamente!
Más
Las crisis o ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso, que pueden durar entre 5 y 20 minutos, y que generan una respuesta física y emocional desproporcionada ante una situación que, objetivamente, no representa un peligro inminente.
Estas crisis pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las padecen y, aunque pueden ser aterradoras, es importante saber que son tratables.
¿Qué es una crisis de pánico?
Las crisis de pánico son parte de los trastornos de ansiedad, y pueden ocurrir de manera aislada o recurrente.
Cuando se presentan con frecuencia y generan una preocupación constante por volver a experimentar una crisis, puede desarrollarse un trastorno de pánico, una condición que requiere intervención médica.
Causas de las crisis de pánico
Por lo general, se deben a una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales, entre los que se incluyen:
- Predisposición genética: Tener familiares con trastornos de ansiedad puede aumentar el riesgo de desarrollar crisis de pánico.
- Estrés prolongado: Situaciones de estrés crónico, como problemas laborales, familiares o financieros, pueden desencadenar ataques de pánico.
- Eventos traumáticos: Experiencias de vida intensamente estresantes, como la pérdida de un ser querido o un accidente, pueden ser factores detonantes.
- Cambios hormonales: En algunas personas, fluctuaciones hormonales, como las que ocurren durante el embarazo o la menopausia, pueden agravar los episodios de pánico.
- Consumo de sustancias: El abuso de drogas, alcohol o el uso de ciertos medicamentos pueden inducir o aumentar la vulnerabilidad a las crisis de pánico.
Síntomas de una crisis de pánico
Los síntomas de una crisis de pánico son tanto físicos como psicológicos. Los más comunes incluyen:
- Sensación de peligro inminente o miedo a perder el control.
- Palpitaciones o aceleración del ritmo cardíaco.
- Sudoración excesiva.
- Temblores o sacudidas.
- Sensación de ahogo o falta de aire.
- Dolor en el pecho.
- Mareos o sensación de desmayo.
- Escalofríos o sensación de calor.
- Entumecimiento o sensación de hormigueo en manos o pies.
- Despersonalización (sensación de estar desconectado de uno mismo) o desrealización (sensación de que el entorno no es real).
Aunque estos síntomas pueden parecer alarmantes, es importante recordar que no representan un peligro físico.
Las personas que experimentan una crisis de pánico a menudo creen que están sufriendo un infarto o que están perdiendo el control, pero las crisis, aunque incómodas, no son peligrosas.
Tratamientos para las crisis de pánico
Algunas de las intervenciones más comunes son:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC es uno de los tratamientos más efectivos para las crisis de pánico. Esta terapia ayuda a las personas a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos y a aprender habilidades para manejar la ansiedad.
Con el tiempo, los pacientes desarrollan herramientas que les permiten enfrentarse a situaciones que antes desencadenaban los ataques de pánico.
2. Medicación
Los antidepresivos y los ansiolíticos son opciones comunes para controlar los sintomas de las crisis de pánico.
Estos medicamentos deben ser prescritos y supervisados por un profesional de la salud, ya que pueden tener efectos secundarios y no son adecuados para todos los pacientes.
3. Técnicas de relajación y respiración
Las técnicas de respiración profunda y relajación muscular progresiva son útiles para controlar los síntomas físicos durante una crisis de pánico.
Practicar estas técnicas de manera regular puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de los ataques.
4. Cambios en el estilo de vida
Adoptar hábitos de vida saludables puede ser clave para manejar las crisis de pánico.
El ejercicio regular, una dieta balanceada, evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, y dormir lo suficiente, contribuyen a mantener un nivel de ansiedad bajo.
Consejos para manejar una crisis de pánico
Si estás experimentando una crisis de pánico, estos consejos pueden ayudarte a sobrellevar el episodio:
- Recuerda que pasará: Aunque los síntomas son intensos, recuerda que la crisis es temporal y no durará mucho tiempo.
- Respira profundamente: Concéntrate en tu respiración. Inhala lentamente por la nariz, cuenta hasta cuatro, y exhala por la boca también contando hasta cuatro.
- Enfócate en tu entorno: Mira a tu alrededor y trata de identificar cinco cosas que puedas ver, tocar, oír o sentir. Esto puede ayudarte a salir de tu mente y conectarte con el presente.
- Habla con alguien: Si es posible, comunica a alguien de confianza lo que estás sintiendo. Hablar sobre la situación puede ayudarte a calmarte.
Si estás lidiando con estos episodios, es fundamental buscar la orientación de un profesional de la salud mental para encontrar el tratamiento más adecuado.
Recuerda que, aunque las crisis de pánico pueden parecer abrumadoras, hay formas de recuperar el control de tu vida.
¡Reserva tu hora con nosotros! www.muevesalud.cl/reserva-de-horas/
Más